El alforfón recibe su nombre por su forma triangular y su color marrón, que recuerda a los hayucos. El alforfón es una planta muy resistente a las enfermedades. La proteína de alforfón es muy rica en ciertos bloques de construcción de proteínas (lisina, arginina, triptófano) que son esenciales para la vida, y el alforfón también proporciona una gran cantidad de lecitina. La lisina y la lecitina son buenas para el cerebro y los nervios, y el triptófano permite dormir tranquilamente. El trigo sarraceno, en forma de té, también puede tener un efecto fortalecedor de las venas y ayudar contra las varices, por ejemplo.
Dado que el trigo sarraceno no es un cereal «convencional», sino una planta de cacahuetes, tampoco contiene gluten y, por tanto, no lo contiene. Esta es la razón por la que el trigo sarraceno no es tan adecuado para hornear. Para ello, se puede cocinar y el alforfón también se puede utilizar de muchas maneras. El alforfón se puede consumir no sólo en platos cocinados, sino también crudo y va bien en ensaladas o mueslis.
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Fuente:
Münzing-Ruef, I. (1999): Kursbuch gesunde Ernährung. La cocina como farmacia de la naturaleza. En Múnich: Zabert Sandmann GmbH, p. 222
https://www.zentrum-der-gesundheit.de/buchweizen.html (18.07.17)