Por qué es tan importante la fibra dietética

Cuando los días vuelven a ser más cortos, nuestro menú suele ser más suntuoso. Cuando hace mal tiempo y baja la temperatura, nuestro apetito vuelve a aumentar.

En particular, aumenta el apetito por los dulces y la comida rica, mientras que en verano la gente suele satisfacerse con una ensalada crujiente y carne a la parrilla.

Las grasas potencian el sabor y el azúcar es una buena fuente de energía.

Pero, ¿qué dice nuestro intestino al respecto?

¿Cómo se comportan el azúcar y los alimentos grasos en nuestro tracto digestivo?

Muchas personas preocupadas por la nutrición ya saben que el azúcar y las grasas se esconden en muchos alimentos. Los azúcares y las grasas tienen que ser aislados por una cadena de procesos durante la digestión para que puedan cumplir su función.

El hecho de que la digestión funcione bien se debe en gran medida al intestino, o más bien a la mucosa intestinal.

Nuestro intestino se encarga de que el cuerpo reciba los nutrientes que necesita. Trillones de bacterias beneficiosas producen importantes enzimas que descomponen las partes más grandes de los componentes de los alimentos en pequeñas moléculas. Sólo cuando las partes de los alimentos están suficientemente descompuestas pueden ser absorbidas por el organismo a través de la mucosa intestinal. Pero sólo si la mucosa intestinal está sana y no está afectada por residuos de alimentos antiguos.

Así que debemos ser conscientes de que lo que comemos es también el alimento de nuestras tan útiles bacterias intestinales.

  • Verduras,
  • Fruta
  • y de grano entero

serían los importantes ayudantes que nuestras bacterias intestinales necesitan urgentemente. Pero, ¿con qué frecuencia aparecen en su menú el pan integral o los panes vegetales? Si hay demasiado azúcar o poca fibra en el intestino, éste se desequilibra y los gérmenes de la fermentación toman el control.

Los alimentos de difícil digestión no se pueden digerir completamente y se producen gases desagradables debido a la descomposición del azúcar.

Entre otras cosas, estos gases que se producen también proporcionan

  • flatulencias desagradables,
  • Fatiga
  • y problemas de concentración.

Generalmente se conoce la fatiga que se desarrolla después de una amplia indulgencia.

El hígado también desempeña un papel importante y garantiza el buen funcionamiento de los procesos digestivos. Si la interacción entre el intestino y el hígado se ve perjudicada por la alteración de la flora intestinal, se pueden producir enfermedades hepáticas e incluso cirrosis.

Una dieta equilibrada y rica en fibra es crucial para una flora intestinal sana y, por tanto, también para nuestro bienestar.

Por lo tanto, en la medida de lo posible, evite los alimentos precocinados, el pan de la panadería del supermercado, el alcohol y los alimentos y bebidas con un alto contenido de azúcar.

Disfruta de muchas verduras verdes, hazte amigo de las sustancias amargas, bebe lo suficiente y asegúrate de consumir mucha fibra. Por ejemplo, ¡empieza el día con un muesli casero!

Tus intestinos te lo agradecerán.

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